Deberíamos usar otro tipo de términos. Una mejor manera de comunicar nuestra dependencia de Dios sería decir: “Estuve orando por eso y me parece la mejor decisión”, o “Me parece que el Señor nos está guiando hacia…”. No queremos que frases como “Dios me dijo”, “Dios me puso en el corazón”, “Es la voluntad de Dios” o, peor aún, “Dios me dijo que Él quiere que hagas esto y aquello” se conviertan en escudos a la hora de rendir cuentas en nuestra toma de decisiones.