sexual. De repente liberados de la dictadura de la infancia, los quinceañeros chilenos vivían su propia transición a la adultez fumando hierba y escuchando a Silvio Rodríguez o a Los Tres o a Nirvana mientras descifraban o intentaban descifrar toda clase de miedos, frustraciones, traumas y perplejidades, casi siempre mediante el peligroso método del ensayo y error.