No sé qué hubiera querido mi mamá que hiciera con la plata. No es mucha, pero quizás podría haberla invertido antes de usarla para alimentar la inercia de esta pequeñoburguesa precarizada que resulté ser. Compraría un taxi y lo manejaría, sería una buena salida para mis noches sin dormir. Escucharía Aspen, sin dudas. Conocería personas que nunca voy a volver a ver. Escucharía sus historias para juntar partes del mundo y volverlo a armar.

