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según pasa el tiempo estos cuatro modos se elaboran en estructuras defensivas arraigadas que son similares a las defensas narcisistas (lucha), obsesivo/compulsivas (huida), disociativas (parálisis) y codependientes (adulación).
Desafortunadamente, los padres inductores de TEPC frustran el crecimiento del ego minando el desarrollo crucial de los procesos egoicos de la auto compasión y la auto protección. Hacen esto avergonzándote o intimidándote cada vez que tienes un impulso natural de simpatía por ti mismo, o cuando te impones. El instinto de cuidarte y protegerte a ti mismo ante la injusticia es forzado entonces a permanecer dormido.
Como tal, es especialmente sano y humano tener cambios de humor entre esos extremos como feliz y triste, entusiasmado y deprimido, cariñoso y enfadado, confiado y suspicaz, valiente y asustado, y compasivo y acusador.
Presionar a un niño al servicio codependiente normalmente implica asustarle y avergonzarle para que no desarrolle un sentido del yo. De
relaciones sanas ocurren cuando dos personas se mueven fácil y recíprocamente entre la asertividad y la receptividad. Ejemplos comunes e importantes de esto son un toma y daca sanos entre hablar y escuchar [1], entre ayudar y ser ayudado [2], y entre liderar y seguir [3].
relación sana contigo mismo se ve en tu habilidad para moverte de manera equilibrada entre hacer y ser [1], entre persistir y dejar ir [2], entre la activación del sistema nervioso simpático y parasimpático [3] y entre concentración y soñar despierto
muchos padres abusivos reservan sus castigos más duros por “contestar”, y por lo tanto extinguen sin piedad la respuesta de lucha en sus hijos.
El futuro codependiente también aprende pronto que su respuesta natural de huida intensifica el peligro si intenta escapar.
Muchos niños pequeños, en algún punto, transmutan su necesidad de huir en el correr alrededor en círculos de la hiperactividad. Esta adaptación “trabaja” en cierto nivel ayudándoles a escapar de los sentimientos incontenibles de la mezcolanza del abandono.
El niño que puentea la adaptación de la defensa de huida puede desviarse hasta desarrollar la respuesta de parálisis y volverse el “niño perdido”. Este niño escapa de su miedo resbalando cada vez más y más profundamente en la disociación. Aprende a dejar que el abuso verbal y emocional de sus padres le “entre por una oreja y salga por la otra”. No es raro para este tipo que involucionen en la adolescencia hasta hacerse adictos a substancias insensibilizantes como la marihuana, el alcohol, los opiáceos y otros “depresores”.
adularse el camino” hasta la seguridad ocasional de ser percibido como útil.
Servilismo, congraciamiento, y sumisión se vuelven estrategias importantes de supervivencia.
Sacrifica inteligentemente todas las necesidades que puedan ser inconvenientes para sus padres. Deja de tener preferencias y opiniones que puedan enfadarles. Sus límites, de toda clase, son entregados para ablandar a sus padres, que repudian su deber de cuidar de ella. Como vimos en el último capítulo, a menudo es parentificada y se vuelve tan profundamente
niño severamente negligido experimenta la falta severa de conexión como traumática, y a veces responde a esta condición aterradora sobredesarrollando la respuesta de adulación. Una vez que el niño se da cuenta de
codependencia inducida por trauma como un síndrome de auto-abandono y auto-abnegación. La
Es un trastorno de la asertividad, caracterizado por una respuesta de lucha adormecida y susceptibilidad de ser explotado, abusado y/o negligido.
corresponde a los adulación-huida aprender que cuidar no siempre va de arreglar.
Algunos pueden ser bastante agresivos en sus intentos de ayudar a otros. Habitualmente equiparan ayudar con cambiar,
El desprecio parental es la pieza clave del abuso emocional que crea la vergüenza tóxica. La vergüenza tóxica en la matriz emocional de la depresión de abandono.
los dos procesos más claves del crítico, diría esto. Primero, el crítico es por encima de todo un proceso auto-perpetuante de percepción extremadamente negativa. Segundo, el crítico es una hipervigilancia constante que ve el desastre cerniéndose al momento, a punto de caer con todo el equipo. Utilizar
“Vergüenza es culpa vuelta contra el yo”.
Psicológicamente hablando, esto es parte del proceso de trabajar en la compulsión de repetición. Deconstruir la compulsión de repetición tiene tanto una dimensión interna como externa. En
relaciones. El crítico externo se desarrolló en reacción a unos padres en los que era demasiado peligroso confiar. El crítico externo nos ayudó a ser hiperconscientes de la señal más sutil de que nuestros padres se estaban deteriorando hacia sus comportamientos más peligrosos. Con el tiempo el crítico externo creció hasta creer que todo el mundo acabaría siendo inevitablemente tan indigno de confianza como nuestros padres.
Los tipo parálisis y los tipo lucha se polarizan a menudo hacia el crítico externo. Los tipo adulación tienden a estar dominados por el crítico interno. Los tipo huida pueden tener la mayor variabilidad en el ratio crítico interno/externo. Tu subtipo puede tener también una gran influencia en esto.
Debemos renunciar a estrategias inconscientes del crítico externo como: [1]”Utilizaré la crítica feroz para que me tengas miedo, para así poder estar a salvo de ti”; [2]”¿Por qué me voy a molestar por la gente cuando todo el mundo es tan egoísta y corrupto?” [pensamiento de todo-o-nada]; [3]”Te micromanejaré de manera perfeccionista para evitar que me traiciones o me abandones”; [4]”Echaré pestes por la boca o me iré al primer signo de tener sentimientos de soledad, porque “si realmente me quisieras, nunca me sentiría solo””. El
El crítico externo habitualmente surge con más poder durante los flashbacks emocionales. En momentos así, transmuta el dolor por abandono inconsciente en una percepción abrumadoramente negativa de la gente y la vida en general.
El criticismo del crítico externo se activa por la necesidad de escapar el sentimiento de empeligramiento que se desencadena al socializar. Incluso el pensamiento de relacionarse puede disparar nuestros programas de desaprobación para que así sintamos justificado nuestro aislamiento. Una retirada extensa no obstante, redespierta nuestro hambre relacional y nuestros impulsos por conectar. Esto le da la vuelta al crítico simultáneamente de modo externo a interno. El crítico entonces enumera nuestras inadecuaciones, convenciéndonos de que somos demasiado odiosos con los otros para socializar.
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Cuando emana de la dirección del crítico interno, el crítico vacilante puede verse así. La auto-percepción negativa del superviviente la conduce a esforzarse por ser perfecta. Trabaja tan dura e incesantemente en ello que empieza a sentir resentimiento por aquellos que no lo hacen. Una vez que el resentimiento se acumula lo suficiente, un defecto mínimo en otra persona desencadena que cambie hacia la decepción y frustración extremas del crítico externo. Después insiste silenciosamente y hace una lista de gente por todos sus defectos y traiciones. Cuánto
Mi libro, The Tao of Fully Feeling (El Tao de Sentir Plenamente), contiene guías extensas y apoyos para identificar y llorar las pérdidas de la infancia. El artículo de Sandra Bloom: “The Grief That Dare Not Speak Its Name, Part II, Dealing with the Ravages of Childhood” también identifica las pérdidas de la infancia por trauma de manera muy específica y convincente.
Un superviviente puede aprender a llorar hasta sacarse del miedo — la muerte de sentirse seguro. Puede aprender a llorar hasta sacarse de la vergüenza — la muerte de sentirse merecedor. Puede aprender a llorar hasta sacarse de la depresión — la muerte de sentirse plenamente vivo. Con suficiente duelo, el superviviente entiende que era inocente y eminentemente querible como niño.
enfadándose, llorando, desahogándose verbalmente y sintiendo. 1.
Además la auto-compasión crea unos cimientos desde los que podemos construir compasión auténtica, promotora de intimidad hacia otros. La profundidad de nuestra habilidad para estar ahí para un íntimo generalmente depende de la profundidad de nuestra capacidad para practicar la lealtad inquebrantable con nosotros mismos.
Cuando una persona dolida sólo sabe cómo expresar enfado, su tristeza reprimida inconscientemente se filtra en su ira de manera que le hace sonar como un mártir o alguien con manía persecutoria. Al no haber una liberación substancial de esta tristeza, no hay cantidad de quejiquismo que le alivie, y puede quejarse enfadado interminablemente de manera que agota la empatía de los que le escuchan. De modo similar cuando una persona dolida sólo es capaz de llorar, la ira reprimida tiñe su tristeza y la hace sonar como un lamento irritante e interminable. Uno
ira bloqueada puede degenerar en una actitud de amargura taciturna, y la tristeza bloqueada puede deteriorarse hasta la auto-indulgencia melancólica.
disociación del hemisferio izquierdo es la obsesión.
La disociación del hemisferio izquierdo también puede ser un proceso de trivialización. Esto ocurre cuando el superviviente se concentra demasiado en asuntos externos superficiales para distraerse de
disociación del hemisferio izquierdo también puede ser vista como intelectualización. Esto es lo que el novelista Ian McEwan llamaba la “fortaleza de altos muros del pensamiento concentrado”.
Cuando compartimos lo que es emocionalmente importante para nosotros, aprendemos a conectar con otros de manera significativa y curativa. Esto se aplica a compartir asuntos que nos emocionan y nos complacen, así como aquellos que nos asustan o deprimen.
Quizá no hubo más consecuencia negativa de nuestro abandono infantil que vernos forzados a ocultar habitualmente nuestro yo auténtico.
Sentir es un proceso más sutil, más pasivo que emocionarse. Se ilustra mejor comparando los conceptos de emocionarse y sentir. Emocionarse es cuando lloramos, nos enfadamos o desahogamos verbalmente la energía de una experiencia emocional interna. Sentir, por otra parte, es el proceso inactivo de mantenerse presente durante una experiencia emocional interna sin reaccionar. En recuperación entonces, sentir es rendirse a nuestras experiencias interiores de dolor sin juzgar o resistirse a ellas, y sin emocionarse por ellas.
Visualízate viajando en el tiempo de vuelta a algún lugar en el pasado donde te sentiste especialmente abandonado. Visualiza a tu yo adulto subiendo a tu yo niño abandonado a tu regazo y consolándolo en varios estados emocionales o situaciones dolorosas. Puedes consolarle verbalmente: “Siento muchísima pena porque hayas estado tan abandonado y porque te sintieras tan solo tanto tiempo. Te quiero incluso más cuando estás atascado en este dolor de abandono – especialmente porque tuviste que soportarlo tantísimo tiempo sin nadie que te consolara. Eso no te debería haber ocurrido. No le debería
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versus Sentirse Deprimido La curación progresa cuando aprendemos a distinguir el pensamiento depresivo [que necesitamos eliminar] del sentimiento depresivo [que a veces necesitamos sentir].
HALT –hambriento, enfadado, solo y cansado-
separar el sufrimiento necesario [el miedo y la depresión normales] del sufrimiento innecesario [auto-abandono inconsciente a la indefensión, la vergüenza tóxica, el miedo del TEPC, la acción interna retraumatizante del crítico, y la acción externa de las 4F]. La
nivel cognitivo cuando la psicoeducación y el mindfulness
menguar el crítico.
pasar el duelo por nuestras pérdidas de la infancia
trabajar a través del miedo pasando el duelo de nuestra pérdida de seguridad en el mundo. A este nivel, también aprendemos a trabajar a través de nuestra vergüenza tóxica pasando el duelo por nuestra autoestima. Según nos

