Solo una mujer con una vida entumecida y aburrida hasta las nalgas podría interesarse en un asesino convicto. La tal Marina no sonaba a esas. «Está casada y con hijos y es la jefa jefa, pero de que se van a gustar, se van a gustar.» Pinche Pedro ¿por qué carajo le decía eso? ¿Qué le diría? «Hola Marina, te invito un café, ¿te late tomártelo en la crujía o en el patio?»

