«Yo aguanté peores cosas cuando era niño, así que no se quejen. Solo así se van a hacer hombres.» Y cuidado nos lamentáramos. Eso significaba más golpes, más días encerrados en las jaulas. Ni mamá ni Citlalli podían defendernos. Les reventabas la boca con un puñetazo. Los cuatro debíamos callar y obedecerte. Asegurabas hacerlo por nuestro bien. Nos preparabas para ser soldados y resistir los rigores de la vida.

