Jesús Martín Barbero, el teórico de la comunicación, sentencia que gracias al melodrama regional ochentero, como Quieta Margarita o Caballo viejo, el colombiano descubrió cómo era el país. Y él mismo dice que fue gracias al ciclismo, a la Vuelta a Colombia, que conoció la geografía nacional, que Honda era un municipio de Tolima o que Pradera era Valle. Al paso de los ciclistas y las descripciones de los narradores, muchos igualmente comprendieron cómo vivía una región, a qué se dedicaban sus habitantes, qué cultivaban y cómo festejaban.