Esa es la crisis del líder visionario de mentalidad infinita. Cuando se dio cuenta de que la empresa estaba en un camino que ya no podía hacer avanzar su Causa, estuvo dispuesto a arriesgarlo todo para volver a empezar. No se marchó porque viera una oportunidad de ganar más dinero. Ni porque el negocio hubiera fracasado. Encontró una forma mejor de hacer avanzar su Causa Justa y no dudó en atraparla.

