Los líderes de mentalidad infinita comprenden que «el mejor» no es un estado permanente. Se esfuerzan por ser «mejores» porque esto sugiere un viaje de mejora constante y nos hace sentir que nos invitan a aportar nuestro talento y nuestra energía para progresar en ese viaje. «Ser mejor que», en el Juego Infinito, es mejor que «ser el mejor».

