Mario A.

16%
Flag icon
«Costaba andar21. Costaba muchísimo levantarse por la mañana y mover las manos y los pies», decía, «pero no costaba nada abstenerse de comerse la colección. Porque era imposible [pensar en] comérsela. Porque esa era la causa de tu vida, y de la vida de tus camaradas».
El juego infinito: ¿Sabes a qué estás jugando?
Rate this book
Clear rating
Open Preview