Del mismo modo que no compramos un coche simplemente para poder comprar más gasolina, las empresas deben ofrecer más valor que su capacidad de ganar dinero. Una empresa, igual que un coche, es más valiosa para todos los constituyentes cuando nos lleva a un sitio al que, de otra forma, no podríamos ir. Ese sitio que visualizamos es la Causa Justa.

