Votamos a políticos corruptos, guardamos nuestro dinero en bancos que sufragaron sus pérdidas con nuestros impuestos, aceptamos que no nos paguen horas extra o que nos empleen como falsos autónomos, nos quedamos sin remordimientos con los dos refrescos que caen de la máquina expendedora habiendo pagado solo uno, pero si alguien viene pidiendo medio euro, lo queremos saber todo: