Él quiere que los hombres, hasta donde alcanzo a ver, se hagan preguntas muy simples: ¿Es justo? ¿Es prudente? ¿Es posible? Ahora, si podemos mantener a los hombres preguntándose: «¿Está de acuerdo con la tendencia general de nuestra época? ¿Es progresista o reaccionario? ¿Es este el curso de la Historia?», olvidarán las preguntas relevantes.

