Después de acabar, le he pedido que tocara algo para mí. Es una gran intérprete, Elsa, aunque sonaba como ollas rotas y chocar de cráneos. Además, lloraba mientras tocaba. No se lo reprocho. En todas partes lo mismo, dice. En todas partes un hombre y luego tiene que irse y después un aborto y luego un nuevo empleo y después otro hombre y a nadie importa ella tres cojones salvo para usarla.