El mundo, nuestro mundo, lleva cien años o más muriendo. Y, en estos últimos cien años más o menos, ningún hombre ha sido bastante loco como para meter una bomba por el ojo del culo a la creación y hacerla saltar por los aires. El mundo está pudriéndose, muriendo poco a poco. Pero necesita el coup de grâce, necesita saltar en pedazos.