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Sólo quieren verme porque soy una asesina célebre. Al menos eso es lo que se ha escrito. Cuando lo vi por vez primera me extrañó, pues se habla de una célebre cantante, una célebre poetisa, una célebre espiritista o una célebre actriz, pero ¿qué es lo que se tiene que celebrar en un asesinato?
No sé por qué la gente tiene tanto empeño en que la recuerden. ¿De qué le va a servir? Hay ciertas cosas que todo el mundo debería olvidar y no volver a hablar de ellas.
«Volverse loca», dicen, y, a veces, «perder el juicio», como si el juicio fuera un objeto; como si el juicio fuera algo que pudiera tocarse o un país completamente aparte. No obstante, cuando te vuelves loca no te vas a otro sitio, te quedas donde estás. Y entra otra persona.
Saca del cajón de su escritorio un pequeño folleto de la época en que se cometieron los asesinatos y que le envió el reverendo Verringer. Contiene las confesiones de Grace Marks y James McDermott y una versión resumida del juicio. En la primera página hay un retrato de Grace que fácilmente podría pasar por el de la heroína de una novela romántica;
No estaba acostumbrada a que me preguntaran mi opinión, ni siquiera sobre el tiempo, y tanto menos que lo hiciera un hombre con un cuaderno de apuntes en la mano.
—No tengo ningún motivo para no ser sincera con usted, señor —contestó ella—. Una dama puede ocultar cosas por temor a perder su reputación, pero yo estoy por encima de eso. —¿A qué te refieres, Grace? —le preguntó. —Simplemente que yo nunca fui una dama, señor, y ya he perdido toda la reputación que pudiera tener.
Siempre es un error insultar abiertamente a los que son más fuertes que tú a menos que haya una valla de por medio.
la diferencia entre un estúpido y un ignorante era que el ignorante podía aprender.
Si alguna vez yo llegara a ser camarera, tendría que aprender a llevar un cubo lleno de porquería como si fuera un jarrón de rosas, pues lo que más aborrecían aquellas personas era que se les recordara que ellas también tenían cuerpo y su mierda apestaba tanto como la de cualquiera, si no más.
las camas son el lugar donde dormimos y soñamos y a menudo morimos.
algunos lo llamaban «la maldición de Eva», algo que a ella le parecía una estupidez, ya que la verdadera maldición de Eva era tener que aguantar las idioteces de Adán
El camino hacia la muerte es muy solitario y más largo de lo que parece,
lo que no se puede remediar se tiene que aguantar.
el futuro está oculto en el presente para quienes saben leerlo.
Cuando un hombre adquiere una costumbre, le cuesta mucho cambiar, añadió él. Es como un perro que se vuelve malo. En cuanto mata una oveja, le coge el gusto y tiene que matar otra.
Están aproximándose al misterio, al área de la borradura; están adentrándose en el bosque de la amnesia, donde las cosas han perdido sus nombres. En otras palabras, están retrocediendo (día a día, hora a hora) a los acontecimientos inmediatamente anteriores a los asesinatos.
Si nos juzgaran por nuestros pensamientos, nos ahorcarían a todos.
Lo que la sociedad cree no siempre equivale a lo que es cierto, pero, con respecto a la reputación de una mujer, es lo mismo.

