la incluyó en el ánfora porque quería que se escapase y atormentase a la humanidad a diario con su falsa promesa de lo bueno por venir. Que Pandora la mantuviese prisionera fue un acto triunfal que nos salvó de la mayor crueldad de Zeus. Con esperanza, argumenta Nietzsche, somos lo suficientemente estúpidos como para creer que la existencia tiene un sentido, un fin y que hay una promesa.