Los escritores antiguos comprendieron muy pronto que los caminos más fascinantes son aquellos que nacen en las grietas, en los puntos ciegos y en las manipulaciones del relato. ¿Penélope esperó fielmente a Ulises o lo engañó en su ausencia? ¿Helena estuvo o no estuvo en Troya? ¿Abandonó Teseo a Ariadna, o fue raptada? ¿Orfeo amaba a Eurídice más que a su vida o fue el primer pederasta?

