El monarca asirio Asurbanipal, que vivió durante el siglo VII a. C., fue el mayor coleccionista de libros antes de Ptolomeo. Asurbanipal dice en una tablilla que creó la Biblioteca de Nínive para su «real contemplación y lectura». Tenía un talento poco corriente en la monarquía de aquella época y del que le gustaba jactarse: conocía el arte de escribir, «que entre los reyes, mis predecesores, ninguno aprendió». En su biblioteca, los arqueólogos han desenterrado alrededor de treinta mil tablillas, de las que solo cinco mil son literarias.

