pertenezco a la era del bolígrafo, invento genial del periodista húngaro László Bíró. Cuentan que a László se le ocurrió la idea básica —fabricar un nuevo instrumento de escritura con una bola de metal dura dentro de un hueco— mientras observaba a unos niños jugar con la pelota. Se dio cuenta de que el balón dejaba rastro al rodar tras haber pasado por un charco de agua.

