Cozby Ramirez

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Durante los dos primeros siglos la Biblioteca encontró todavía protectores generosos, como Adriano, pero el siglo tercero tuvo un comienzo oscuro con las insensatas amenazas de Caracalla. El emperador creía saber —a la insignificante distancia de siete siglos— que fue Aristóteles quien envenenó a Alejandro Magno y, para vengar a su ídolo, tramaba prender fuego al Museo, por donde aún vagaba el espectro del filósofo. Nuestra fuente, el historiador Dion Casio, no aclara si Caracalla llegó a ejecutar tan enorme fechoría, pero precisa que suprimió el comedor gratuito de los sabios y abolió muchos ...more
El infinito en un junco
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