Las enumeraciones tienen que ver con el orden como ansiolítico, es decir, con nuestro sistema defensivo para neutralizar la expansión del caos. También tienen que ver con la angustia, con el miedo, con el doloroso convencimiento de que tenemos los días contados. De ahí que tratemos de reducir las cosas que nos desbordan a diez, cincuenta, cien epígrafes.

