Luis F Giraldo

23%
Flag icon
Era una cara natural e implacable a la que no era posible arrancar una sonrisa con un piropo fácil o un halago insulso. Tenía impresos recuerdos muy antiguos. Puede que ni siquiera fuesen recuerdos personales... Lo que guardaba aquella cara eran las huellas de toda una estirpe. Los ojos y la boca vivían dos vidas separadas. Los ojos negrísimos tenían los mismos brillos azulados del cabello. Una vez vi un puma en el zoológico de Dresde. Tenía los ojos como ella.
La mujer justa
Rate this book
Clear rating
Open Preview