Kindle Notes & Highlights
Virginia y yo solo usábamos la pileta cuando el calor era selvático, para refrescarnos. Preferíamos la ropa negra y la palidez.
El calor atontaba a la gente, igual que la muerte.
no entendían que a Virginia y a mí nos gustaba otro tipo de infierno, un infierno irreal y ruidoso, uno de máscaras y motosierras, de pentagramas pintados con sangre en la pared y cabezas guardadas en la heladera.
Era aburrido ese verano del apocalipsis y no se terminaba nunca.
intentábamos ser criaturas de la noche, con nuestros guantes de encaje y los anteojos negros.
Sin la luz de los pasillos, sin la luz del ascensor, era como estar en una tumba amplia y concurrida,

