Tú eres libre, Margot. Te he visto serlo. Llevas una armadura hecha de prejuicios contra ti misma que no te deja tocarte la piel, pero es cuestión de tiempo que te pese demasiado y decidas quitártela. Recuérdalo, no necesitas nada ni a nadie que te complete. Tú eres, en ti misma, un universo.

