Después de una cena suntuosa, le comunicaron a Fernando VII, el rey recién coronado, que la era de los Borbones en España había terminado. Él ya no era el rey. En respuesta, Carlos IV intentó anular su propia abdicación, pero en últimas accedió a la cesión de España y sus colonias a Napoleón por una remuneración anual de 1,5 millones de pesos[11]. A

