la violencia paramilitar transformó el mapa político, el mapa de la propiedad y de la producción en grandes regiones del país. Si bien el paramilitarismo cumplía labores contrainsurgentes, los enfrentamientos con los grupos guerrilleros fueron bastante bajos comparados con los índices de violencia ejercidos contra la población. Es decir, las funciones de contrainsurgencia eran una labor secundaria.