de forma estratégica. Pero no fue una derrota en campo de batalla, el paramilitarismo destruyó toda base social organizada en grandes zonas del país. La guerra del paramilitarismo no fue contra las guerrillas, sino contra la sociedad. Sindicalistas, líderes agrarios, defensores de derechos humanos, cayeron en esas masacres. A esto es lo que se llama homogenización política: la oposición y el disenso eran castigados con la muerte.