Por último, debía emprenderse una “guerra mediática” encaminada a quitarle la legitimidad a las guerrillas. Se llegó incluso a hablar de una guerra contra el terrorismo y se negó el concepto de conflicto armado. Además, se buscaba crear una imagen de las guerrillas, principalmente de las Farc-EP, basada en eliminar cualquier idea positiva en el exterior.