Por placer, claro, y solo por placer. El placer de vivir otra vida. El placer de deambular por otro mundo. El placer de pasar tiempo con personajes entretenidos. El placer de observar el conflicto desde una distancia prudente. El placer de ver lo que nunca antes he visto. El placer de examinar un objeto bien construido. El placer de una historia que resulta como yo creo. Y el placer de la sorpresa, cuando no es así.