Entonces, vosotros, los predicadores del bienestar..., es el espíritu lo que vosotros queréis saquear. Nunca pensé y nadie nos dijo jamás cómo eso podría pensarse y qué significaría: lo inmerecido en espíritu. Pero eso es lo que tú quieres. Quieres amor inmerecido. Quieres admiración inmerecida. Quieres grandeza inmerecida. Quieres ser un hombre como Hank Rearden sin la necesidad de ser lo que él es. Sin la necesidad de ser nada. Sin... la necesidad... de ser.