Se dice que luchó contra los gobernantes que saqueaban y les devolvía el botín a quienes habían sido robados, pero ése no es el significado de la leyenda que ha sobrevivido. Se le recuerda, no como un campeón de la propiedad, sino como un campeón de la necesidad; no como un defensor de los robados, sino como un proveedor de los pobres. Se le considera el primer hombre que asumió un halo de virtud al practicar la caridad con una riqueza que no le pertenecía, regalando bienes que él no había producido, haciendo que otros pagasen por el lujo de su lástima.