Qué angustia, darte cuenta de que amas a alguien cuando te hace daño. El amor no debería funcionar así; sería mucho más sencillo dejar de querer a la persona en cuestión en el momento en que te lastima. Pero no, es un sentimiento que se intensifica cuando todo pierde equilibrio y peligra. Por eso el amor y el dolor van siempre de la mano, y uno no debe obsesionarse con evitarlo.

