Muchos creen que, cuando las cosas se complican, la solución más apropiada es irse lejos. No se dan cuenta de que todo aquello que abandonan sigue intacto y en el mismo lugar cuando vuelven. Es como una cama rota. Aunque uno de los dos se vaya, la cama seguirá rota cuando decida volver, porque el que se queda no puede arreglarla solo, es un espacio compartido. Una huida, cariño, no es más que una pausa en el tiempo, a veces irremediable.

