Usted tiene dieciocho años, Sinclair, y no corre detrás de las prostitutas; usted debe tener sueños de amor, deseos de amor. Quizá son de tal especie que le asustan. ¡No los tema! ¡Son lo mejor que posee! Créame. Yo he perdido mucho por haber amordazado mis sueños cuando tenía su edad. Eso no debe hacerse. Cuando se conoce a Abraxas, ya no se debe hacer. No hay que temer rada ni creer ilícito nada de lo que nos pide el alma.

