Dios te llama a Su cocina. Él desea abrirte Su despensa de par en par. Y si te rindes al desierto en lugar de luchar contra él, encontrarás que Su mesa está llena de provisiones que te mantendrán alimentado días tras día a lo largo de los períodos de sequía. Comienza a anticipar milagros. Recibe con alegría las espadas y las paredes. Aguarda un gran avance en el espejismo de Mara. Prepara tu plato sobre una mesa vacía. Espera lo inesperado. Y sé lleno de lo alto.

