cada vez se hace más difícil quitársela de encima, sigue el ejemplo del líder de Israel y clama a Dios en medio de tu lucha. Y aun cuando Él sepa en Su soberana voluntad que todavía no es tiempo de obrar un milagro en tu experiencia, te asegurará que es hora de permitirle que obre un milagro en tus emociones. Tal como lo hizo con Moisés, te mostrará exactamente lo que debes hacer para tomar ese tremendo dolor que sientes y —lo creas o no— convertirlo en un hito dulce que te recuerde a diario cuán grande, fuerte y poderoso es tu Dios.

