Kindle Notes & Highlights
Tu mayor enemigo eres tú mismo.
226 Trata a tu cuerpo con caridad, pero no con más caridad que la que se emplea con un enemigo traidor.
Examen 235 Examen. —Labor diaria. —Contabilidad que no descuida nunca quien lleva un negocio. ¿Y hay negocio que valga más que el negocio de la vida eterna?
247 Concreta. —Que no sean tus propósitos luces de bengala que brillan un instante para dejar como realidad amarga un palitroque negro e inútil que se tira con desprecio.
253 Pórtate bien “ahora”, sin acordarte de “ayer”, que ya pasó, y sin preocuparte de “mañana”, que no sabes si llegará para ti.
254 ¡Ahora! Vuelve a tu vida noble ahora. —No te dejes engañar: “ahora” no es demasiado pronto… ni demasiado tarde.
259 ¡Todavía los escrúpulos! —Habla con sencillez y claridad a tu Director. Obedece… y no empequeñezcas el Corazón amorosísimo del Señor.
280 Si pierdes el sentido sobrenatural de tu vida, tu caridad será filantropía; tu pureza, decencia; tu mortificación, simpleza; tu disciplina, látigo, y todas tus obras, estériles.
284 Aspiración: Que sea yo bueno, y todos los demás mejores que yo.
285 La conversión es cosa de un instante. —La santificación es obra de toda la vida.
289 Tu impaciencia santa, por servirle, no desagrada a Dios. —Pero será estéril si no va acompañada de un efectivo mejoramiento en tu conducta diaria.
292 Precisamente tu vida interior debe ser eso: comenzar… y recomenzar.
295 Si no eres señor de ti mismo, aunque seas poderoso, me causa pena y risa tu señorío.
305 Me has escrito: “La sencillez es como la sal de la perfección. Y es lo que a mí me falta. Quiero lograrla, con la ayuda de El y de usted.” —Ni la de Él ni la mía te faltarán. —Pon los medios.
¡Mira qué entrañas de misericordia tiene la justicia de Dios! —Porque en los juicios humanos, se castiga al que confiesa su culpa: y, en el divino, se perdona. ¡Bendito sea el santo Sacramento de la Penitencia!
317 ¡Qué afán ponen los hombres
dame, Dios mío, un temor filial, que me haga reaccionar!
328 ¡Qué poco amor de Dios tienes cuando cedes sin lucha porque no es pecado grave!
332 Al que pueda ser sabio no le perdonamos que no lo sea.
«non multa, sed multum».
El estudio, la formación profesional que sea, es obligación grave entre nosotros.
336 Si has de servir a Dios con tu inteligencia, para ti estudiar es una obligación grave.
345 ¡Cultura, cultura! —Bueno: que nadie nos gane a ambicionarla y poseerla. —Pero, la cultura es medio y no fin.
347 Sólo te preocupas de edificar tu cultura. —Y es preciso edificar tu alma. —Así trabajarás como debes, por Cristo: para que El reine en el mundo hace falta que haya quienes, con la vista en el cielo, se dediquen prestigiosamente a todas las actividades humanas, y, desde ellas, ejerciten calladamente —y eficazmente— un apostolado de carácter profesional.
349 Queda tranquilo si asentaste una opinión ortodoxa, aunque la malicia del que te escuchó le lleve a escandalizarse. —Porque su escándalo es farisaico.
350 No es suficiente que seas sabio, además de buen cristiano. —Si no corriges las maneras bruscas de tu carácter, si haces incompatibles tu celo y tu ciencia con la buena educación, no entiendo que puedas ser santo. —Y, si eres sabio, aunque lo seas, deberías estar amarrado a un pesebre, como un mulo.
357 Todos los pecados —me has dicho— parece que están esperando el primer rato de ocio. ¡El ocio mismo ya debe ser un pecado! —El que se entrega a trabajar por Cristo no ha de tener un momento libre, porque el descanso no es no hacer nada: es distraernos en actividades que exigen menos esfuerzo.
358 Estar ocioso es algo que no se comprende en un varón con alma de apóstol.
359 Pon un motivo sobrenatural a tu ordinaria labor profesional, y habrás santificado el trabajo.
362 No necesito milagros: me sobra con los que hay en la Escritura. —En cambio, me hace falta tu cumplimiento del deber, tu correspondencia a la gracia.
370 Si no eres malo, y lo pareces, eres tonto. —Y esa tontería —piedra de escándalo— es peor que la maldad.
374 ¿Por qué esa precipitación? —No me digas que es actividad: es atolondramiento.
378 No seas pesimista. —¿No sabes que todo cuanto sucede o puede suceder es para bien? —Tu optimismo será necesaria consecuencia de tu Fe.
380 “Y ¿en un ambiente paganizado o pagano, al chocar este ambiente con mi vida, no parecerá postiza mi naturalidad?”, me preguntas. —Y te contesto: Chocará sin duda, la vida tuya con la de ellos; y ese contraste, por confirmar con tus obras tu fe, es precisamente la naturalidad que yo te pido.