«Hay un programa que puede analizar el ADN de un bebé y dar luego una aproximación razonablemente buena de cómo serán su rostro, la estructura de su cuerpo y su personalidad. ¿Desea descargar ese programa y ver qué aspecto tendría su hijo en el futuro?» «No —responde usted—. Algunas cosas es mejor dejarlas como un misterio.»