Al referirse al matrimonio, el profeta de Kahlil Gibran nos habla desde la soledad de su sabiduría: Pero dejad que haya espacios en vuestra unión, dejad que los vientos de los cielos dancen entre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura: dejad más bien que sea como un mar que se agita entre las orillas de vuestras almas. Llenaos mutuamente la copa, pero no bebáis solo de una. Compartid el pan, pero no comáis de la misma rebanada. Bailad y cantad juntos y estad alegres, pero que cada cual se sienta aparte así como las cuerdas de un laúd están separadas aunque vibren
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