—¿Construimos nuestro castillo en su ulimeire? —preguntó Maia, horrorizado. —Esencialmente, Serenidad, sí. —¿Y esa es la única roca que serviría para sus ritos bárbaros? —preguntó Pashavar. —Esa no es la cuestión —dijo Maia, más bruscamente de lo que había imaginado que nunca le hablaría a Pashavar—. El hecho de que haya un ulimeire en Cetho no hace que las tumbas en el Untheileneise’meire sean menos sagradas.