Su miedo al mal genio de Setheris, a la vieja rutina de hacer lo que Setheris quería porque era más fácil y porque no importaba nada. «Tú eres el emperador», se dijo; tenía ya las manos tan apretadas que se estaba haciendo daño. «Eres Edrehasivar VII, y eso es lo que importa. Cede una vez ante Setheris y lo tendrás a tu espalda el resto de tus días, y tu gente lo tendrá que soportar también, aunque ellos no lo sepan».