Para cuando retiraron la ensalada de pepino y sirvieron el boniato y el curry de cerdo todo su extremo de la mesa escuchaba con atención a Mer Zhidelka. Un poco más tarde, empezó a dibujar mapas en el mantel con sal y vino derramado, relatando las aventuras del barco de vapor Loto Benévolo en las guerras del Archipelagar, y la gente que estaba más abajo se inclinaba para escuchar. El fondo de historias de Mer Zhidelka parecía inagotable, y Maia se sentía a la vez cautivado y agradecido.