—No os podéis imaginar, Serenidad, cuán vastas son las estepas. Y los nazhmorhathveras, así es como se llaman a sí mismos, la Gente del Cielo Nocturno, los nazhmorhathveras no construyen nada, ni fortalezas, ni ciudades, ni siquiera carreteras. Viven en tiendas y viajan en grupos de no más de veinte o treinta individuos. Incluso si nuestros exploradores encuentran una agrupación de varias tiendas, se dispersarán y se marcharán antes de que un batallón pueda alcanzarlos. Y los nazhmorhathveras son maestros del arte de la emboscada. Es como tratar de mantener la arena en el puño.