Todos los hombres cometen errores, pero los sabios ocultan los que han hecho, y los necios mencionan hasta los que no han hecho aún. Consiste la reputación en el recato, más que en el hecho; que si no es uno casto, sea al menos cauto. Los descuidos de los grandes hombres se observan más, como eclipses de las lumbreras mayores.

