La pata de gato y el chivo expiatorio deben utilizarse con suma cautela. Son como pantallas que ocultan al público la participación de usted en los trabajos sucios. Si en algún momento esa pantalla se levanta y usted es visto como el manipulador, como el titiritero, toda la dinámica se vuelve en su contra. Los demás verán su mano en todo y lo culparán de desgracias y situaciones turbias con las que no tiene nada que ver. Una vez que se

