En un informe de 2008 del European College of Neuropsychopharmacology, investigadores españoles observaban que «niños y adolescentes parecen correr un riesgo más alto que los adultos de experimentar efectos adversos como síntomas extrapiramidales [trastornos del movimiento], prolactina alta [niveles hormonales altos], sedación, aumento de peso y efectos metabólicos cuando toman antipsicóticos». Los investigadores han informado también de que esos riesgos pueden ser mayores en las niñas que en los niños.

