Si no hay nada en juego en una historia, no hay historia. De igual modo, si no hay nada en juego en la decisión de comprar o no comprar tu producto, no voy a comprar tu producto; a fin de cuentas, ¿por qué iba a hacerlo? En definitiva: hemos de conseguir que la gente vea el coste de no hacer negocios con nosotros.