Cuando no logramos definir lo que el cliente quiere, no logramos abrir una brecha en la historia. Y, si no abrimos una brecha en la historia, en la mente de los clientes no surge ningún motivo por el que deberían utilizar nuestra marca porque no hay ninguna pregunta que exija una resolución. Definir algo que el cliente quiere y mostrarlo en nuestros materiales de marketing abrirá una brecha en la historia.