Toda historia necesita un malo El malo es el elemento primordial de que se sirven los contadores de historias para enfocar claramente el conflicto. Los guionistas y los novelistas saben que cuanto más fuerte, malvado y ruin sea el malo, más simpatía despertará en nosotros el héroe y más público querrá que este gane al final. Esto se traduce en la implicación del público. ¿Cuánta simpatía sentiríamos por Batman si no existiera Joker? ¿Y por Luke Skywalker sin Darth Vader? ¿Y Harry Potter sin Voldemort? ¿Y Superman sin la kriptonita?